Tengo un estupendo amante virtual, que siempre me hace caso, pues me lo invento. Es como cuando los niños tienen amigos imaginarios. Me viene muy bien y os lo aconsejo a todos. Pero últimamente, está un poco raro. El caso es que, con mucho amor (y más lujuria), le dediqué vía correo moderno del que no lleva sello, unas bonitas palabras:
“Y tú sin enterarte...
Es completamente de noche, pero no se por qué motivo me despierto. Probablemente porque no estas a mi lado y sin quererlo, eso me desvela. Me muevo en la cama inquieta, no se donde estás. Así que me levanto sin hacer ruido. Por la puerta levemente abierta, aparece un pequeño resplandor y me asomo.
Es la televisión. Ya se donde estas. A través del largo pasillo y sin mis lentillas, apenas te entreveo. Me acerco caminando despacio, intrigada y me quedo tras la puerta para mirar. Estas reclinado en el sofá viendo una película. Tus manos acarician tu sexo suavemente y un cúmulo de emociones me asalta de pronto. Así de pronto siento el deseo de entrar, sorprenderte y “ayudarte”. Pero enseguida me asalta otra con mucha más fuerza. Curiosidad, mucha curiosidad.
Nunca te he visto si no estoy yo delante. Ahora puedo mirar sin que te des cuenta, no te sientes observado, y no buscas nada más que tu propio placer, sin ningún impedimento, sin hacer absolutamente nada más. Y llena de curiosidad sigo mirando. Poco a poco veo como tu mano aumenta el ritmo de las caricias e imprimes más velocidad a tus movimientos. Ahora, una ligera excitación comienza a abrirse paso por mi cuerpo al ver el tuyo desnudo. Casi en tinieblas, intuyendo más que viendo y oyendo los ligeros sonidos que salen de tu boca, mi mente sí es capaz de ver tu sexo completamente erecto y duro entre tus manos, y lo imagino entre las mías, entre mis labios. Que poder tiene mi imaginación. Casi es como si lo pudiera sentir, como si esos movimientos que tú realizas los sintiera en mis propias manos.
Ahora estoy mucho más excitada y puedo sentir la humedad entre mis piernas. Me gusta mirarte. Dios, me gusta mucho mirarte. Tú sigues completamente ajeno a mis miradas. Creo ver que tus ojos se cierran, aunque tampoco estoy segura. Mis manos se acercan a mi cuerpo y mis dedos resbalan por mi sexo. Un ligero gemido escapa de mis labios y te miro para ver si te has dado cuenta. Pero no, tú continúas completamente concentrado en tus propias sensaciones, preocupado en acallar tus propios sonidos.
Me excita sobremanera que no sepas que estoy ahí. Y me acaricio mientras te miro, y repito tus propios movimientos adaptados a mi cuerpo. Tengo que morder mis labios para que no escuches mis gemidos ni mi respiración entrecortada porque mis pulmones de pronto necesitan mucho más aire. Me reclino en la pared mientras mi cuerpo estalla de manera inesperada en un orgasmo solitario.
Abro los ojos y te miro. Tus ojos cerrados, tu ceño fruncido, tus labios apretados y la rapidez con que mueves tu mano, me indican lo cerca que estás del final. Oigo tu agitada respiración y veo como tu mano se detiene y sigue, se detiene y sigue mucho más lentamente. Hoy no han sido mis manos ni mi cuerpo quienes han recogido tu deseo, pero aunque no lo sepas tú sí que has sido el culpable del mío. Vuelvo a la cama sin hacer ruido, con las piernas un poco temblorosas, con mi mente rebosante de imágenes de ti, con mi curiosidad y mi cuerpo satisfechos. He disfrutado mucho de lo que he visto, aunque creo que si hay próxima vez, volveré a la cama mucho más complacida. ¿Y a qué sabes exactamente por qué?” (Texto robado con mucho cariño a http://nosgustaelagua.blogspot.com/)
A lo que mi querido amante virtual me contesta:
1.- Excitada: Análisis Multidisciplinar. Teoría 1.
En mi opinión fue así, tú marido duerme como un lirón, con el brazo fuera del sofá y la cabeza apoyada en él.
La TV está encendida, el volumen está alto, y eso es lo que te despierta en mitad de tu sueño REM., en ese momento tú cerebro tiene cierta predisposición para la sugestión y la autohipnosis. No te das cuenta pero tú zona erógena ya esta humedecida.
No has podido descansar lo suficiente y todavía llegan a tú cerebro mensajes de trabajo, que te perturban y provocan en ti una aceleración de los sentidos, de repente lo ves claro, cómo un flash. Tú marido es culpable de lo que vas a hacer, sólo él tiene la culpa por lo que sea, eso da lo mismo, lo vas a hacer, vas a hacerlo, ya no hay marcha atrás. (el desencadenante, hecho traumático)
Una fuerza interior te envuelve con fuerza en forma de deseo incontrolable. Nadie puede verte, estáis solos, solos tú y él, (él duerme cómo un lirón).
Entonces lo ves, ves lo que hace tú marido, como se masajea (no con suavidad) y en ningún momento aparta la mirada de la pantalla. Focalizas tú atención en él, en sus movimientos, tú ritmo cardiaco aumenta y la temperatura corporal, no dejas de verlo y ahora tú corazón palpita en tu zona erógena, ligeros temblores en tu abdomen, (segundo orgasmo psíquico).(Solamente en mujeres).
Esto no ha hecho más que empezar y presumo que va a ser largo, como la noche (delirio sistemático a medida), y él sin enterarse (duerme cómo un lirón).
Tú estás en medio del pasillo, creo que llevas una blusa suave de color rosa claro y no demasiado ajustada y un short corto del mismo tono, acaricias tu cuello, tus senos, tu cuerpo, tú cintura, tus caderas, tus piernas, el placer te envuelve, desbotonas tú blusa quedando al desnudo tus senos, acaricias suavemente con movimientos redondeados, ves el jarrón y coges el jazmín, lo metes entre tu pecho, para impregnarte con aroma…
2.- Excitada: Análisis Multidisciplinar. Parte 2.Es la televisión. Ya se donde estas. A través del largo pasillo y sin mis lentillas, apenas te entreveo. Me acerco caminando despacio, intrigada y me quedo tras la puerta para mirar. Estas reclinado en el sofá viendo una película. Tus manos acarician tu sexo suavemente y un cúmulo de emociones me asalta de pronto. Así de pronto siento el deseo de entrar, sorprenderte y “ayudarte”. Pero enseguida me asalta otra con mucha más fuerza. Curiosidad, mucha curiosidad.
Nunca te he visto si no estoy yo delante. Ahora puedo mirar sin que te des cuenta, no te sientes observado, y no buscas nada más que tu propio placer, sin ningún impedimento, sin hacer absolutamente nada más. Y llena de curiosidad sigo mirando. Poco a poco veo como tu mano aumenta el ritmo de las caricias e imprimes más velocidad a tus movimientos. Ahora, una ligera excitación comienza a abrirse paso por mi cuerpo al ver el tuyo desnudo. Casi en tinieblas, intuyendo más que viendo y oyendo los ligeros sonidos que salen de tu boca, mi mente sí es capaz de ver tu sexo completamente erecto y duro entre tus manos, y lo imagino entre las mías, entre mis labios. Que poder tiene mi imaginación. Casi es como si lo pudiera sentir, como si esos movimientos que tú realizas los sintiera en mis propias manos.
Ahora estoy mucho más excitada y puedo sentir la humedad entre mis piernas. Me gusta mirarte. Dios, me gusta mucho mirarte. Tú sigues completamente ajeno a mis miradas. Creo ver que tus ojos se cierran, aunque tampoco estoy segura. Mis manos se acercan a mi cuerpo y mis dedos resbalan por mi sexo. Un ligero gemido escapa de mis labios y te miro para ver si te has dado cuenta. Pero no, tú continúas completamente concentrado en tus propias sensaciones, preocupado en acallar tus propios sonidos.
Me excita sobremanera que no sepas que estoy ahí. Y me acaricio mientras te miro, y repito tus propios movimientos adaptados a mi cuerpo. Tengo que morder mis labios para que no escuches mis gemidos ni mi respiración entrecortada porque mis pulmones de pronto necesitan mucho más aire. Me reclino en la pared mientras mi cuerpo estalla de manera inesperada en un orgasmo solitario.
Abro los ojos y te miro. Tus ojos cerrados, tu ceño fruncido, tus labios apretados y la rapidez con que mueves tu mano, me indican lo cerca que estás del final. Oigo tu agitada respiración y veo como tu mano se detiene y sigue, se detiene y sigue mucho más lentamente. Hoy no han sido mis manos ni mi cuerpo quienes han recogido tu deseo, pero aunque no lo sepas tú sí que has sido el culpable del mío. Vuelvo a la cama sin hacer ruido, con las piernas un poco temblorosas, con mi mente rebosante de imágenes de ti, con mi curiosidad y mi cuerpo satisfechos. He disfrutado mucho de lo que he visto, aunque creo que si hay próxima vez, volveré a la cama mucho más complacida. ¿Y a qué sabes exactamente por qué?” (Texto robado con mucho cariño a http://nosgustaelagua.blogspot.com/)
A lo que mi querido amante virtual me contesta:
1.- Excitada: Análisis Multidisciplinar. Teoría 1.
En mi opinión fue así, tú marido duerme como un lirón, con el brazo fuera del sofá y la cabeza apoyada en él.
La TV está encendida, el volumen está alto, y eso es lo que te despierta en mitad de tu sueño REM., en ese momento tú cerebro tiene cierta predisposición para la sugestión y la autohipnosis. No te das cuenta pero tú zona erógena ya esta humedecida.
No has podido descansar lo suficiente y todavía llegan a tú cerebro mensajes de trabajo, que te perturban y provocan en ti una aceleración de los sentidos, de repente lo ves claro, cómo un flash. Tú marido es culpable de lo que vas a hacer, sólo él tiene la culpa por lo que sea, eso da lo mismo, lo vas a hacer, vas a hacerlo, ya no hay marcha atrás. (el desencadenante, hecho traumático)
Una fuerza interior te envuelve con fuerza en forma de deseo incontrolable. Nadie puede verte, estáis solos, solos tú y él, (él duerme cómo un lirón).
Entonces lo ves, ves lo que hace tú marido, como se masajea (no con suavidad) y en ningún momento aparta la mirada de la pantalla. Focalizas tú atención en él, en sus movimientos, tú ritmo cardiaco aumenta y la temperatura corporal, no dejas de verlo y ahora tú corazón palpita en tu zona erógena, ligeros temblores en tu abdomen, (segundo orgasmo psíquico).(Solamente en mujeres).
Esto no ha hecho más que empezar y presumo que va a ser largo, como la noche (delirio sistemático a medida), y él sin enterarse (duerme cómo un lirón).
Tú estás en medio del pasillo, creo que llevas una blusa suave de color rosa claro y no demasiado ajustada y un short corto del mismo tono, acaricias tu cuello, tus senos, tu cuerpo, tú cintura, tus caderas, tus piernas, el placer te envuelve, desbotonas tú blusa quedando al desnudo tus senos, acaricias suavemente con movimientos redondeados, ves el jarrón y coges el jazmín, lo metes entre tu pecho, para impregnarte con aroma…
Te desprendes de tu blusa y andas hacia el dormitorio. Pasas olímpicamente de tú marido, tus senos están erguidos como queriendo separarse de tu cuerpo, estás muy centrada , oyes voces en la calle, varios hombres pasean y hablan, vas hacia la ventana mientras andas dejas caer el short y coges una corbata con la que tapas tus ojos, entre la cortina los hombres advierten tu bonita silueta, es preciosa, mientras tu acaricias con suavidad tus caderas y rozas tu zona erógena, que ahora está verdaderamente humedecida, te desprendes de la única prenda que te queda dejando al descubierto tú volcán, en erupción, los temblores se suceden, es ahora cuando abres la cortina, los hombres se han ido, solo queda uno que ojea un libro "desensibilación sistemática", observa con rigor, admira la belleza de su anónima bailarina, es entonces cuando tus dedos entran en la comisura de tus labios inferiores, y ahora si muerdes tus labios, describiendo movimientos en forma de "ocho" deteniéndose de vez en cuando, para volver a empezar y ser introducidos, una y otra vez. El éxtasis te invade, eres consciente de tu belleza, y quieres ser observada, pero no quieres ver quien te observa, esto aumenta tú éxtasis, entre gritos y sollozos, sabes que te observo, entre sollozos y gritos, pero no soy el único, tú marido también te observa, a despertado y ve lo que haces en la ventana pero no dice nada, su humillación te excita y entre sollozos y gritos estallas en un multi-orgasmo que por segundos para tu respiración, para después originar fuertes temblores en tu zona erógena que como si de una onda expansiva se tratase se desplazan hacia tus piernas, una y otra vez.
3.- Excitada: Análisis Multidisciplinar. Parte 3: Conclusión
Diagnóstico:
Comportamiento obsesivo. Desensibilización sistemática.
Estrés.
Tratamiento:
Fomentar la timidez.
Introducción a la meditación.
Entrenamiento:
Fomentar habilidades sociales. Deja descansar el ordenador.
DEFINITIVAMENTE… tengo que cambiar de amante virtual o dormir más.
Un beso a tod@s.
Fotografía: Jujata
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