Extracto del Libro del Loco Amor
- Esta regla no trata de la satisfacción de necesidades primarias. Sexo es a erotismo lo que hambre es a gastronomía. El erotismo es un arte, y como en todas las artes, sólo alcanzan la cumbre unos pocos elegidos.Ingresar en la elite del arte erótico exige poseer por naturaleza talento, vocación, fantasía y dotes físicas. Sin voluntad y disciplina no se logra perfección ni excelencia. Si no estás dispuesto a hacer este esfuerzo es que Eros no te llama por este camino. Dedícate a otra cosa.
- Espontaneidad es sinónimo de chapuza, una cosa bien hecha es una cosa bien pensada. La inspiración es sólo el principio. Lo natural no es una virtud. El ser humano es el único animal capaz de modificar la naturaleza a su gusto y de superar conscientemente el instinto. Para el erotista lo natural es conducirse contra natura, hacer cosas con arte con artificio. Mientras más artificial seas, más te alejas del animal y más te acercas a la condición humana.
- El erotista es bello, exquisito, la sublimación y refinamiento humanista del instinto bruto, pero está siempre en peligro de recaer en el sexo natural, soez y grosero. La práctica del arte erótico exige buen gusto, elegancia espiritual, con exclusión de todo lo feo, lo sórdido, lo zafio, incluso de lo simplemente ordinario.
- Lujo y lujuria van de la mano. El cultivo de la lujuria está reñido con la austeridad y el ascetismo, y rechaza la sobriedad y la modestia. Pon todos tus recursos materiales al servicio del placer.
- El erotismo es una fiesta sensorial, en la que intervienen y se exaltan la vista, el olfato, el gusto, el oído y el tacto. Debe desenvolverse en un entorno sugerente y propicio, rodeado de objetos hermosos, de perfumes, manjares y bebidas exquisitas y estimulantes, de música agradable, de temperaturas acogedoras y materiales nobles de tacto sensual. Suprime todo lo que adormezca la sensibilidad y evita los sitios incómodos, cutres y desagradables.
- El cuerpo es el vehículo del placer erótico. Ninguna parte del cuerpo es repelente y todo él es un órgano sexual. Gózalo por entero. Aprende a disfrutar de tu cuerpo y del de los demás, de su olor, su sabor, su forma, su tacto y de los sonidos que emiten los cuerpos cuando gozan.
- Es fácil para los principiantes mezclar amor y deseo. Son dos cosas distintas, no las confundas. Estar encoñado(a) no es estar enamorado(a) y viceversa. Pero cuando el amor y el placer coinciden es sublime.
- Un episodio carnal o amoroso no excluye otros, cada uno tiene entidad propia y ofrece facetas distintas del placer. Puedes disfrutar de varios al mismo tiempo. Tu único límite es tu capacidad y tu apetito. En eso estriba ser libre.
- No seas nunca poseído ni poseedor. La libertad de amar y gozar no admite restricciones. No es lo ideal tener un(a) amante celoso(a) y posesivo(a); disfrútalo(a), si te apetece, pero no permitas que te reprima. Ponerle los cuernos es tu derecho. Y tu deber, según el principio de rebelión contra el tirano que postulaban los escolásticos.
- En el ejercicio de esa libertad amorosa o sexual nunca pone en peligro una relación sólida, y tiene la venta de descubrir las flaquezas de las débiles.
- Cumple la ley del número y de la variedad. Es mejor dos aventuras que una y cien mejor que noventa y nueve. El número por sí solo no produce calidad, pero a mayor número de amantes, más oportunidades de encontrarla. Aprovecha todas las ocasiones, desecha lo malo, goza lo que salga bueno, y sigue buscando y probando, Buscar y probar es divertido, afirma tu libertad, verifica tu poder de seducción y mejora tu técnica.
- Nunca sabes cuándo va a saltar la oportunidad. Ve siempre preparado para cogerla al vuelo. Explota tu cara y tu cuerpo, proyecta sensualidad. Siéntete guapo(a). El desaliño y el pudor no seducen, el lucimiento y el desenfado si. La vanidad no es pecado, es una virtud erótica que debes practicar. Vístete siempre de forma que atraigas, provoques y excites.
- La ropa interior no existe, es una superchería puritana. La ropa íntima es exterior para la intimidad. El cuerpo desnudo bajo la ropa exterior, te erotiza a ti y a tus ligues en potencia. Ver y ser visto(a), exhibición y voyerismo, son estímulos del deseo.
- Todos tenemos puntos fuertes y débiles. Estúdiate y conócelos para mejorar tu lado malo, o disimularlo, y resaltar tu lado bueno. Nunca permitas que una persona que te gusta te vea desarreglado(a). Muéstrate siempre lo más atrayente posible, mantén la ilusión, no bajes la guardia ni con un(a) amante que ves todos los días.
- La variación y el número elevan la calidad, aumentan el placer y remedian la monotonía. A mayor número de amantes mejor lo harás y más gozarás. Es la ley del número y la diversidad.
- La calidad se nota y atrae a mejores amantes. Tu calidad eleva también la calidad de los demás. Puedes convertir en bueno(a) a un(a) amante mediocre y en formidable a un(a) simplemente bueno(a).
- Exprime al máximo las posibilidades de gozar. No te conformes con un poco. Todos(as) tus amantes pueden rendir más de lo que se creen capaces si pones en juego tus artes y tu lascivia refinada, que son manifestaciones de tu calidad.
- Busca constantemente momentos propicios, inventa situaciones nuevas, fomenta el morbo. Provoca, insinúate de formas distintas, Evita la monotonía a toda casta.
- Otra vez la ley del número. El fin del sexo es el orgasmo. Dos mejor que uno y cien mejor que noventa y nueve. Y no olvides que el cerebro es el motor de los orgasmos. No pierdas ocasión de erotizarte mentalmente, de fantasear. Tu cuerpo te lo agradecerá.
- Entrégate a cada amante a fondo, vive a plenitud lo que te ofrezca, disfruta al máximo cada momento, entrégate sin cicatería ni reserva, aunque sea por una sola noche.
- Toda aventura es incierta. Se sabe cómo empieza, pero no a dónde conduce ni cómo va a acabar. Si no aceptas ese riesgo puedes perderte algo bueno.
- La duración no es una virtud. Es bueno que algo bueno dure, y malo es que algo malo dure. No prolongues una relación que se ha hecho rutinaria. La rutina es enemiga del placer. Las relaciones no triunfan ni fracasan; como todas las cosas vivas, se extinguen más tarde o temprano. La rutina ayuda a extinguirlas.
- Puedes convertir un episodio en relación duradera sin caer en la rutina, si mantienes la emoción de la aventura y la calidad erótica.
- La diversidad de amantes por ambas partes aporta emoción de aventura y calidad erótica a la pareja estable y afirma una unión que merezca la pena solidificarse, si la destruye es que no lo merecía.
- Es inevitable que surjan sentimientos de afecto hacia las personas con quienes se comparten emociones tan íntimas e intensas como son las del erotismo. Y es también deseable por que el cariño multiplica el placer. Si vives en pareja, fomenta y comparte ese cariño. Si la pareja es sólida no lo amenaza, no temas.
- El matrimonio no es necesario para cimentar una relación, pero tampoco es un estorbo. Es un instrumento útil en las condiciones socioeconómicas presentes, si no se le concede más importancia. La pater-maternidad y la vida familiar son incompatibles con la vida erótica plena.
- No puedes ser a la vez padre o madre de familia y buen amante, como un caballo de tiro no puede ser caballo de carreras ni un coche deportivo una ranchera todo terreno. Si eliges este camino, olvídate de los hijos.
- Predica con el ejemplo, procura inculcar estos principios a tus parejas y amantes, y hasta ligues ocasiones. Si los comprenden, asimilan y practican, evitarán la rutina, gozarán más contigo y por consiguiente tu con ellos (ellas). Pero no pierdas el tiempo con quien carezca de un mínimo de cualidades. No todos pueden ser como tu.
- La homosexualidad y heterosexualidad prescinden de una mitad del género humano. Todo el mundo es bisexual, pero para mucho(as) es difícil aceptarlo. No es imprescindible ser bisex, pero es un sigo de liberación, facilita compartir aventuras con tu pareja, duplica las oportunidades de gozar, enriquece el placer y aumenta la variedad. Procura sacar a la luz la mayor parte que puedas de tu otra vertiente y bisexualizar a tu pareja, si se niega, no es digna de serlo. Búscate otra.
- El egoísmo es tu única moral. Ser egoísta es invertir para ganar. Los beneficios están en proporción a lo que inviertas. Mientras más placer des, más placer recibes. No tengas estrechez de miras, Y procura no perjudicar al prójimo sin necesidad. Esta regla es el corolario de todas las demás.
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