A la mayoría de nosotros nos gusta sentirnos deseados. Es más creo que una de las cosas más excitante que existe es ser deseados, ser el centro de su atención y su objeto de deseo. Fortalece la autoestima y la confianza y estimula nuestra libido gratamente.
Las reacciones que podemos provocar en alguien que se siente deseado, es al tiempo muy excitante. Nuestro deseo lo manifestamos de muchas formas. Una mirada, que puede reflejar desde pasión, deseo desbordado y hasta lascivia. Una caricia, un roce de nuestro cuerpo, un guiño, o incluso una insinuación pueden despertar la pasión en nuestra pareja. Un momento normal se puede transformar en un afrodisíaco y en un aliciente para el ego.
Es importante tener sexualidad vital. Debemos encontrar nuevos alicientes. Así cuando una persona se siente deseada, incrementar la energía sexual que experimenta. Normalmente la experiencia será más plena.
Combinamos así la energía sexual propia con la de la pareja y creamos una situación muy excitante para ambos. Es como una hoguera que se va alimentando poco a poco de otros fuegos, hasta crear un único fuego, intenso, continuo, reconfortante...
¿Conoces o has conocido a alguien que te hace sentir deseado cada vez que te mira? ¿A que lo recuerdas con cariño?
Fotografía: Cynig
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