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Me gusta tanto como a tí... Juguemos a disfrutar del placer por el placer. ¿Qué es lo que más te gusta?, ¿Dónde te gusta?, ¿Cómo?. Algunas ideas para.... (Mayores de 18 años.)

lunes, 12 de mayo de 2008

Ser hombre y dejar de ser macho.

Decálogo extraído del libro “Resignificar lo masculino ”(Vila Editores, 2003), que transcribo tal cual porque creo que no le sobra ni le falta una coma.


“Ser hombre y dejar de ser macho”.


1.- Expresa sensaciones y sentimientos.
Cuando un hombre abandona su tradicional inexpresividad emocional y manifiesta libremente sus sentimientos, no solo desarrolla armonía y bienestar, sino que mejora considerablemente sus relaciones con otros seres.

2.-Abandona la agresión.
El varón que “no se engancha” con las provocaciones hostiles, que aprende a conciliar y a evadir la pendencia verbal y física, invariablemente se siente mejor consigo mismo, desarrolla un reconocimiento de su nueva masculinidad y establece vínculos más sólidos con quienes le rodean.

3.- Comunícate emocionalmente.
Otorga mucha flexibilidad emocional el incorporar los sentimientos a los estilos de comunicación, pues la vivencia deja de ser parcial y permite desarrollar una inteligencia intuitiva y sabia, al propio tiempo que se amplía la posibilidad de empatizar mejor con las mujeres.

4.- Trata igual a los hombres que a las mujeres.
Al pasar de la reflexión a la acción, resulta esencial el trato equitativo a las personas, independientemente de su género. Tradicionalmente existe un trato diferencial que minimiza la participación femenina. Se propone un trato idéntico, siempre respetuoso a las mujeres y a los hombres en la casa, la calle, la escuela, el trabajo y todos los ámbitos.

5.- Acepta y comparte la independencia femenina.
El varón que no se suba al tren del desarrollo social de las mujeres, admitiendo y compartiendo su autonomía, estará irremisiblemente perdido en este siglo XXI. Por el contrario, los hombres que asuman el riesgo de avanzar junto con las mujeres hacia la equidad en la diferencia, disfrutarán de los beneficios de esta audacia.

6.- Rompe con el papel de macho.
Cuando propositivamente un hombre realiza acciones concretas que le hagan salir de la convencionalidad machista, disminuye su tensión y se siente mejor. Algunos ejemplos concretos: dejar de festejar chistes misóginos, homófobos y discriminatorios hacia la condición femenina, asumir concientemente (y llevarlas a la práctica) actividades que los machos consideran que “no son de hombres”, desplegar afectividad y ternura hacia las hijas e hijos, responder pacíficamente, con cordialidad y con firmeza a las provocaciones de otros hombres, etc.

7.- Cambia tu estilo de relación de pareja.
Al deponer la agresividad, la imposición y la aparente indiferencia afectiva en sus vínculos de pareja un hombre obtendrá enorme seguridad, su comunicación se tornará fluida y honesta, la mujer u otro hombre con el que comparta su vida le valorará satisfactoriamente.

8.- Modifica actitudes en el trabajo y la vida cotidiana.
Para una nueva masculinidad es indispensable eliminar el acoso y el hostigamiento sexual hacia las mujeres, los tratos discriminatorios hacia ellas y el verlas como “minusválidas”. También es importante reconocer los méritos y atributos laborales y sociales de las mujeres, que a menudo son escatimados.

9.- Transforma tu vida erótica.
Dejar de lado la ansiedad, la urgencia de penetración, las brusquedades y adoptando un erotismo más sutil, pasional y amplio en cuanto al repertorio, ayuda a mejorar la relación afectiva y contribuye a superar algunas disfunciones eróticas como la eyaculación precoz y la disfunción eréctil de origen psicológico.

10.- Participa en actividades promotoras de más cambios.
Hemos visto que los hombres que participan en terapia, cursos, talleres y grupos de crecimiento y de educación no sexista, dan pasos agigantados para derrocar su machismo y avanzar hacia una nueva masculinidad.

Concluyo:
La vieja masculinidad y el machismo otorgan algunas ventajas y privilegios a los hombres; aun si estas no fueran absolutas, significarían una profunda injusticia hacia el otro género. También los hombres acarrean muchas consecuencias negativas derivadas del sistema patriarcal de los géneros. Sin embargo, cada vez más hombres hacen conciencia de esa inequidad y de su propio sufrimiento derivado de soportar la pesada carga emocional y social que le obliga a cada uno a ser “todo un hombre”. Si bien la reflexión al respecto es importante y constituye el primer paso para el cambio, ésta no es suficiente. Es menester, para la consecución de una nueva masculinidad, que los hombres concientes de la iniquidad de género pasen a la acción mediante actos concretos, cotidianos, que en la práctica representen un cambio efectivo. Lo demás, son sólo palabras.

Dr. David Barrios Martínez.Sexólogo clínico y psicoterapeuta sexualCaleidoscopía, Espacio de Cultura, Terapia y Salud Sexual


Fotografía: Marco Weber

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